
Algunos dicen que hay que ser capaces de hacer borrón y cuenta nueva, que es mejor no aferrarse al pasado; cortar en algún punto y seguir adelante sin mirar atrás. Levar sólo lo imprescindible que a la vez es inevitable llevar: lo aprendido.
Sin embargo, me hallo siendo una persona demasiado olvidadiza. Llevo un diario al cual accedo una vez cada tantos meses, tengo selectas fotos que guardan sensaciones y constancias de los hitos que fue echando en la carretera el Tiempo. Quizás el no "aferrarse" para algunos sea poder prender fuego en una olla de 20 litros las cartas de amor y fotos de viejas novias y para otros tomar las valijas con una muda de ropa y nunca más revisar siquiera la casilla de mail. Por mi cuenta me es imposible porque no sabría quién soy ni quién quiero ser. Imagino que el desprendimiento debe tener que ver, para algunos como yo, con cuánta carga emotiva del pasado llena uno el motor de las acciones del presente. Yo sin los machetes simplemente me pierdo en el olvido y me aseguro una decepción de mi misma por la repetición de los "errores".
Otros dicen algo así como que hay que hacerse cargo, que uno es el pasado acumulado en el presente. Pero que así y todo nada nos determina, somos libres de cambiar el rumbo y la acción porque "nada nos ata". Esta opción me gusta un poco más... En fin, toda esta perorata al cuete... El dibujo es viejo, viejo del blog viejo, viejo de cuando mi tableta era nueva, de cuando me rodeaba otra gente, mi pelo era corto, trabajaba 9 hs, tenía patio compartido con el vecino, me dolía a menudo el corazón, me reformulaba ciertas maneras y costumbres y me acompañaba Jarek el gato negro.
Un saludito para el camionero que atropelló después al mejor minino negro que tuve, a mi hermana que mañana cumple años y a mi mamá que no mira este blog.