Estoy viviendo el peor momento de mi vida.
Todo es relativo, pero no esto.
El principio y el fin... debe ser esto. Un limbo de sentimientos.
Una gran bolsa con todo mezclado y, nada.
Ya no hay más "mirá mamá mirá", y sin embargo está en cada segundo.
Nada es absoluto. Nos veremos otra vez.
Te abrazo ahora y sólo siento el vacío y la honda tristeza, la desesperación, la rabia, mi alma herida.
Hace un tiempo largo ya, empecé a cuestionar a la naturaleza humana. Dijiste que sea abierta y esté atenta porque así como hay, había y habrá gente que daña y se inclina por el mal también hubo, hay y habrá buenas personas; Que piense positivamente y que abra los brazos para recibir porque una pesrona de bien también puede llegar. Hablaste de mi maternidad, del trabajo, de seguir adelante, de la revolución, hablaste de Esperanza...
Sólo por eso sigo. "Vivo para no perder". Vivo porque me enseñaste a levantarme cada vez. Y sufro esta maldición. Y no entiendo. Y no quiero entender. Sólo quiero que un fin ulterior justifique todo esto. Pero nada es absoluto, y no hay justificación. Pero sigo, porque no queda otra. Porque hay que seguir por uno y por los demás... por todos esos demás de los que soy parte. Esos Demás que me cuesta no considerar el peor parásito del mundo. El hombre asesino del hombre. El ser humano que come mierda, abraza la injusticia por conveniencia, mira para otro lado ante la necesidad de otros... Pero el suicidio está mal visto. ¿¡Cómo?! ¿Pensabas abandonar? ¿Pensabas ser aún más egoísta?... Y seguir sólo por una marca hecha con fuego en el alma me sabe a traición a mí misma.
Tiene que haber algo más. Por que sino, tanto sufrimiento, decadencia y este círculo infinito de caerse y levantarse cada vez con más cicatrices en el pecho no me dejan más que una idea: la de que somos más bestiales que lo que jamás pensamos. Somos parásitos aniquilando al espíritu. Y vamos bien. Nos sale bien. Pobre de nosotros. Ay mamá... Duele demasiado todo esto. Un sinfín de locura. Lo siento tanto... No quiero fallarte, y por eso sigo y lo intento me caigo y me levanto... hasta que no haya más. Y ahí, espero ser digna, y te vuelva a abrazar.